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Astrología para empresas

Durante mucho tiempo me dedicaba casi exclusivamente a consultas personales. Pero cada vez más personas llegaban a mí no para hablar de amor o familia, sino de su empresa. Directivos, líderes de equipo, responsables de recursos humanos. Y venían con preguntas muy concretas:

“¿Por qué hay tanta rotación en este departamento?»

       “¿Cómo elijo al perfil adecuado para este nuevo puesto clave?”

                “¿Qué estrategia uso para presentar mi propuesta a inversores?»

                          “¿Qué está pasando que ningún candidato dura en este cargo?”

Y ahí estaba yo, abriendo el tarot, y encontrándome con respuestas clínicas, concisas, certeras. El tarot tiene algo que no deja lugar a rodeos: señala dinámicas que no se están viendo, miedos encubiertos, vacíos energéticos, lealtades ocultas. Y lo hace en lenguaje claro, para quien está a punto de tomar una decisión que afecta a muchas personas. Así fue como me di cuenta de algo importante: no se trataba solo de personas, sino también de entidades.
Porque las empresas también tienen personalidad. No por nada se llama “personalidad jurídica”.

En una de esas sesiones donde alguien me consultaba por conflictos internos en su equipo, se me ocurrió preguntar:
—“¿Tienes la fecha exacta de fundación de la empresa?” Pensaron que era una curiosidad legal, pero cuando les expliqué lo que podía verse a partir de esa fecha, se sorprendieron. Ahí fue cuando empecé a levantar cartas astrales empresariales. Y descubrí que sí, las empresas también tienen alma. Y literalmente tienen misión, visión y valores. 

Una carta natal de empresa revela muchísimo: desde el tono con el que comunica (aunque no se dé cuenta), hasta la forma en que maneja la autoridad, el dinero, el riesgo y la colaboración. De pronto, entendí que una empresa con Sol en Aries no toma decisiones igual que una con Sol en Libra. Que una Luna en Capricornio puede hacer que un equipo funcione como un reloj… o que no se permita expresar emocionalmente hasta quebrarse.

A partir de ahí, empecé a trabajar con lo que llamo la carta fundacional: ese documento energético que habla de la verdadera identidad de una marca o estructura organizacional. Y luego, año tras año, o temporada tras temporada revisamos la revolución solar, para saber qué tipo de clima se avecina: si será un año para sembrar, para podar o para cosechar.

En algunos casos, la astrología ofrece el mapa general, pero el tarot entra como una linterna que ilumina rincones muy concretos. Una responsable de selección me pidió ayuda para elegir entre tres candidatos. Habían pasado todas las pruebas técnicas, pero algo no terminaba de cerrar. Con una tirada breve de tarot, vimos con claridad que uno de los perfiles tenía una energía de conflicto latente, otro simplemente no iba a durar, y el tercero… tenía un potencial que no se veía en el currículum, pero que resultó clave para el rol. Así es como uso el tarot con empresas:

  • Para elegir perfiles.
  • Para saber cómo hablar con inversores.
  • Para explorar escenarios posibles en una decisión crítica.

El tarot no reemplaza el análisis racional, pero lo complementa con intuición clara.

Trabajar con astrología o tarot para empresas no es reemplazar lo racional por lo místico. Es integrar ambas cosas: la estructura con la energía, la estrategia con la conciencia. Hoy acompaño a empresas que buscan crecer con coherencia, avanzar con sentido, contratar con claridad y liderar con alma. Porque sí, se puede hablar de ganancias y también de propósito. Se puede optimizar procesos y también honrar lo que fue.

La astrología empresarial —junto con el tarot y lo sistémico— no te dicen qué hacer, te ayudan a ver más claro quién eres como empresa, hacia dónde vas y cuándo es el mejor momento para moverte.

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